viernes, 3 de diciembre de 2010

La Sábana Santa

Grande fue el error cometido por tres laboratorios que en 1988 estudiaron unos trozos de tela de la sábana santa de Turín y determinaron que correspondían a los años comprendidos entre 1260 y 1390, es decir, que no podía ser la sábana de Cristo y, por tanto, era una falsificación. Los tres laboratorios que hicieron la misma prueba del carbono 14 eran el de Zurich (Suiza), Oxford (Inglaterra) y Tucson (Estados Unidos).

En ese momento, todos los medios de comunicación del mundo dieron la noticia, afirmando que científicamente se había demostrado que la sábana santa era falsa y que una vez más se descubría que la Iglesia católica fomentaba las supersticiones. Incluso, actualmente, la mayor parte de la gente cree que el tema ya está concluido y que no hay nada más que hablar.

Pero comencemos por decir que los mismos laboratorios, al dar su informe decían que había un 95% de probabilidades de que sus datos fueran ciertos. No descartaban un margen del 5% de equivocación. Y ¿puede algo ser tomado por científicamente seguro, cuando hay un margen de 5% de duda? Los tres laboratorios hicieron la misma prueba y se comunicaron entre sí en contra de lo pactado. Además se filtró la noticia a los medios de comunicación antes de informar al cardenal Ballestrero de Turín en contra de lo establecido. Los periódicos en grandes titulares daban la noticia: Comprobado, es una falsificación.

Sin embargo, las cosas no eran así de simples. El mismo inventor del método del carbono 14 Willard Frank Libby (1908-1980) ya había dicho años antes que ese método no servía para aplicarse a la sábana santa. El doctor Gove, coinventor de la variante AMS (Accelerator mass spectrometer) del método de carbono 14, que fue la que usaron los laboratorios, escribió al Papa para aconsejarle que no hiciera la prueba, porque debían tener en cuenta muchos factores, ya que de otro modo, los resultados serían falsos.

Eso es lo que sucedió. No tuvieron en cuenta que la sábana santa había sido contaminada a lo largo de los siglos, porque había sido expuesta al ambiente durante mucho tiempo en las ostensiones públicas. Además, había sufrido tres incendios, que alteraban los datos del carbono 14.

El gran experto ruso en radiodatación Dimitri Kouznetzov demostró que los tejidos de lino, como el de la sábana santa, sometidos a altas temperaturas, dan un rejuvenecimiento del radiocarbono del tejido. Para confirmar su teoría envió a los tres laboratorios citados una tela de lino del siglo I procedente de Palestina. Los resultados dieron que su edad era entre el año 100 a.C. al 100 d.C. Ese mismo trozo de tela lo metió en un cofre de plata y reprodujo las condiciones del incendio de Chambery de 1532 y, al hacer la nueva datación, los mismos laboratorios contestaron que era un tejido del siglo XIV. La misma respuesta que la sábana santa.

Por otra parte, el doctor Garza-Valdés, microbiólogo de la universidad de san Antonio, Texas, descubrió la presencia de microorganismos vivientes como la lichenothelia, que puede cambiar los datos del carbono 14. Este doctor experimentó con una momia egipcia en la que las vendas resultaban 800 años más jóvenes que los
huesos. Limpió las vendas con una enzima especial, que elimina los productos bacterianos y los hongos, y la nueva datación de las vendas concordó con la de los huesos. Según él, la limpieza que hicieron los otros tres laboratorios no fue buena contra los hongos y bacterias. Y así lo reconoció uno de los científicos que hicieron las pruebas en un documental del Discovery Chanel por televisión.

Por otra parte, hay pruebas escritas, encontradas en 1993 por Gino Zaninotto en los archivos del Vaticano, de un manuscrito griego de un sermón del archidiácono Gregorio de la basílica de santa Sofía de Constantinopla, del 16 de agosto del año 944, con ocasión de la llegada de la sábana santa de Edessa a Constantinopla. A partir de esa fecha, todos los 16 de agosto se celebraba en Constantinopla la fiesta de la llegada de la sábana santa. Se sabe con certeza que fue robada en el saqueo de Constantinopla por los cruzados de la IV cruzada y de ahí llegó a Europa.

El científico americano Rogers, especialista en química explosiva, analizó las huellas destructivas del incendio de Chambery de 1532 y calculó que la temperatura dentro de la urna debió llegar a los 900 grados, punto de fusión de la plata, pues algunas gotas de plata cayeron en la urna y perforaron algunos puntos de la sábana santa. Pero ¿por qué no se destruyó totalmente el tejido con esa temperatura?

En 1978, un grupo de 32 científicos del grupo norteamericano STURP (Shroud of Turin Research Project: Proyecto de investigación sobre la sábana santa de Turín) la estudiaron y sacaron más de 5.000 fotografías con rayos infrarrojos y ultravioleta, con ampliación computarizada. Hicieron análisis espectrales, análisis matemáticos de la imagen, pruebas de absorción atómica con espectroscopio, espectrofotometría visible y con infrarrojos, estudios de física radioactiva, cromatografía, fluorescencia y estudios con rayos X. Todo estudiado por los mejores especialistas; y concluyeron unánimemente que la sábana santa era auténtica y que un posible falsificador debería haber conocido todos las disciplinas antedichas y otras más, cosa imposible en el siglo XIV.

Otra prueba importantísima fue el descubrimiento en 1979 por el padre Francis Filas de una moneda sobre el ojo derecho del crucificado. Se trata de una moneda dilepton lituus del año 29 después de Cristo. En 1996, el doctor Baima Bollone y el doctor Balossino encontraron también en el ojo izquierdo huellas de otra moneda, un lepton simpulum, acuñada por Pilatos en esa época.

Otra prueba también decisiva es el estudio del polen. Max Frei polinólogo famoso encontró en la sábana santa polen de plantas que sólo florecieron en Palestina y, concretamente, en la región alrededor de Jerusalén hace 2.000 años y que ya han desaparecido. Son plantas que florecen entre febrero y mayo, dándonos idea del tiempo en que fue sepultado el crucificado. Max Frei tuvo que trasladarse a Palestina para encontrar esas plantas ya extinguidas y que no figuraban en los libros de botánica. Examinando el lodo del mar Muerto y el fondo del lago de Gensaret, descubrió abundante polen de esas plantas, confirmando así la existencia de la sábana santa hace dos mil años en Palestina y, concretamente, en la región de Jerusalén.

Pero algo que ha dejado atónitos a muchos científicos es que el hombre de la sábana santa tiene grabada su imagen en negativo. Por eso, al hacerse la primera fotografía en 1898 por Secondo Pia, apareció el hombre de la sábana en positivo con toda su majestad. Sin embargo, hay algo mucho más sensacional; esta imagen es tridimensional. Está grabada, como chamuscada, en relación inversa a la distancia entre el cuerpo y el tejido. Una fuerza desconocida produjo con carácter instantáneo, una transformación físico-química del cadáver que lo convirtió en una radiación lumínicotérmica, que dejó esas inexplicables huellas en el lienzo que lo envolvía. Y lo hizo con una sensibilidad tan fina que el aparato VP-8 fue capaz de apreciar dos discos de unos tres milímetros de grosor y con unas letras grabadas en los mismos, correspondientes a dos monedas en los ojos del hombre de la sábana.

El padre Loring afirma: La radiación que duró dos milésimas de segundo, quemó el tejido, penetrando en el hilo de lino tres milésimas de milímetro. El blanco y el negro de cada punto de la sábana dependen de la distancia de la tela a la piel. En el momento de la radiación, lo que estaba más cerca, quedó más quemado y, por lo tanto, más oscuro como ocurre por ejemplo en la nariz. Por el contrario, aquello que estaba más lejos, quedó menos quemado, más claro, como la cuenca de los ojos.

Los científicos norteamericanos Jackson y Jumper con un ordenador hicieron una imagen tridimensional del hombre de la sábana. El doctor Tamburelli, italiano, director de comunicaciones electrónicas de la universidad de Turín, junto con un grupo de técnicos del Instituto italiano de investigaciones científicas, con una técnica similar a la de los norteamericanos, logró eliminar algunas deformaciones y consiguió una imagen mucho más natural. Por todo esto, podemos preguntar: Si la sábana santa no es auténtica, ¿quién puede explicar que se grabara en negativo antes de inventarse la fotografía? Es el único lienzo del mundo con una imagen en negativo de la totalidad de un cuerpo humano. ¿Por qué es la única fotografía humana con imágenes tridimensionales perfectas? ¿Por qué el cadáver cubierto con el lienzo, emitió en un instante una energía capaz de chamuscar e imprimir la imagen de modo tridimensional? ¿Por qué se imprimieron en los ojos del crucificado las dos monedas romanas del siglo I?

¿Por qué se ha encontrado polen de plantas que sólo existieron en la zona de Jerusalén hace dos mil años y ya han desaparecido? ¿Por qué las huellas de la imagen no se destruyeron después del baño total de agua hirviendo y de un fuego de más de 900 grados que hasta derritió la plata de la urna en el incendio de Chambery de 1532?

En conclusión, podemos decir que, si hay una prueba en contra como la de los tres laboratorios, hay cientos de pruebas durante más de 100 años hechas por cientos de científicos que prueban la autenticidad de la sábana santa ¿Acaso esos científicos son menos importantes que los otros? ¿Acaso una prueba vale más que cientos?

Los sindonólogos (estudiosos de la sábana santa) han concluido que la sábana santa, no solo es del siglo I, sino que es la que envolvió el cuerpo de Jesús. Algunos investigadores, como Stevenson y Habernas estudiando todos los detalles de la pasión según los Evangelios y los detalles exactos de la sábana santa han dicho que la posibilidad de que el hombre de la sábana santa no sea Jesús, es de una contra 85 mil millones. Bruno Barberis y Tino Zeuli hablan de una contra 200 mil millones. La profesora Emanuela Marinelli y el profesor Fanti hablan de que las probabilidades de que no sea Jesús son como si en una ruleta saliera 154 veces seguidas el mismo número. Por lo cual, ¿es científico creer que la sábana santa es una falsificación del siglo XIV o lo es creer que es autentica? Que cada uno responda y no tome por científico lo que no es.


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